Playa Blanca en Isla Barú: un verdadero paraíso
Si visitas Cartagena de Indias, no puedes perderte Playa Blanca en Isla Barú, un paraíso caribeño de aguas cristalinas y fauna acuática diversa, ideal para relajarse, nadar y hacer snorkel.
Mara y yo somos mejores amigas desde la adolescencia y siempre hemos descrito nuestra amistad como la playa y el mar: inmensa, infinita, divertida, hermosa… chill. En 2021, tras seis años sin vernos por haber emigrado a países distintos, había llegado el momento de reencontrarnos en algún lugar del mundo.
Teníamos claras tres cosas: debía ser un destino nuevo para ambas, tenía que tener playas y queríamos que fuera un rincón que nos maravillara por su belleza. Por eso elegimos Cartagena de Indias en Colombia como nuestro punto de encuentro para pasar unos días de lujo.
La Ciudad Amurallada, el Castillo de San Felipe de Barajas, el barrio de Getsemaní y la gran cantidad de islas a las que puedes llegar rápidamente, son solo algunas de las tantas opciones de planes por hacer en Cartagena de Indias.
Del corazón de la ciudad al paraíso:
Los primeros días nos alojamos en un hotel céntrico. Ahi encontramos una agencia de tours que nos ofreció precios y paquetes muy convenientes. Con ellos planificamos toda nuestra semana en esta ciudad, incluyendo entre nuestros últimos pendientes visitar Playa Blanca en Isla Barú.
A este destino es posible llegar por ruta terrestre o marítima. Nosotros elegimos la primera opción. El viaje duró aproximadamente una hora. Lo que sinceramente no nos gustó fue que, al llegar y bajarnos del bus, nos indicaron que aún quedaba un tramo por recorrer a pie, y se trató de una ruta muy rocosa, en mal estado y sucia.
Pero cuando finalmente entramos a Playa Blanca, lo que contemplaron nuestros ojos fue totalmente impactante y maravilloso. Isla Barú es, sin duda, una de las playas más hermosas en las que jamás había estado. Tiene un agua cristalina, una arena casi blanca y unos atardeceres indescriptibles.
Snorkel en Isla Barú
Sumergirme con la careta y contemplar la vida marina de aquel lugar no solo fue lo mejor de Cartagena de Indias, sino una de las experiencias más impactantes de mi vida.
Hacer snorkel en Playa Blanca e ir a la Catedral de Sal de Zipaquirá fueron, sin duda las cosas que más disfruté de este viaje.
El tour incluía snorkel, almuerzo, como también transporte ida y vuelta por tan solo unos 60 dólares. A cada grupo nos asignaron un guía, nos dieron caretas, chalecos y zapatillas de buceo. Al adentrarnos en el mar, me sorprendió que no era necesario sumergirse demasiado.
Desde la superficie ya veía todo con una nitidez asombrosa: cientos de peces tropicales de arrecife, colores vibrantes como si estuviera dentro de un documental de National Geographic.
En ese momento, tenía dos meses de embarazo, y me emocionó pensar que mi bebé, dentro de la pancita, también estaba nadando entre esos pececitos y sintiendo, a través de mí, la alegría inmensa de aquel instante.
Lamentablemente, las fotos que nos tomaron bajo el agua resultaron ser de muy baja calidad y para nada reflejan lo que mis ojos contemplaron aquella vez.
Dónde quedarse: Playa Blanca en Isla Barú
La playa principal de Playa Blanca - la más famosa de Isla Barú- , se extiende por unos 4 kilómetros, pero también esconde rincones más pequeños y menos explorados.
La electricidad en la isla no siempre es constante, por lo que, si buscas mayor comodidad, conviene elegir bien el alojamiento. Nosotras nos quedamos en Nena Beach Club & Hotel, en una habitación matrimonial con vista al mar.
Apenas abríamos los ojos, el sonido de las olas nos llamaba. Treinta pasos bastaban para dejar atrás las sábanas y hundir los pies en la arena tibia, con el océano extendiéndose ante nosotros como un horizonte infinito. Dormir y despertar tan cerca del mar fue un sueño hecho realidad.
Atardeceres que se quedan en el alma
Para ver cómo se ocultaba el sol, Mara y yo caminamos por horas a lo largo de toda Playa Blanca. No solo encontramos lugares muy pintorescos y fotografiables con mensajes caribeños que nos encantaron, sino que también nos topamos con distintos puestos ideales para ver el atardecer.
El sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, no sin antes deleitarnos con su despedida, tiñendo el cielo de rosados, naranjas y dorados hasta rendirse en el infinito azul. Lo contemplamos hasta el final y solo pudimos decir: ¡Gracias, Dios!
Aquel atardecer parecía una obra maestra creada en colaboración: la luna, voluminosa como un trazo de Botero; el cielo, vibrante y estrellado al más puro estilo de Van Gogh; y el mar, interpretando su melodía con una sinfónica de pececitos.
(No, esa no es la Luna, es el letrero del hotel). Pero mis ojos sí contemplaron la noche estrellada y la luna llena.
Los Must-Have para llevar a Isla Barú:
✅ Tener mi power bank solar me ayudó mucho a mantener el celular siempre con carga, incluso cuando en el hotel solo teníamos pocas horas de electricidad al día.
✅ Algo que me hubiese encantado tener (y de lo que me arrepiento de no haber llevado) es mi propia GoPro resistente al agua, para captar la belleza bajo el mar.
✅ Las toallas de microfibra fueron súper útiles: compactas en el equipaje, siempre secas y listas para usar.
Nuestro viaje continuó hacia Medellín, con regreso a Bogotá, desde donde partimos en inicio a Cartagena de Indias. Pero nuestros días playeros en Cartagena de Indias fueron, sin duda, los más relajantes y reconfortantes, una experiencia100 % recomendada para turistas de todo el mundo.
Una más de nuestras maravillosas aventuras juntas, a través de las rutas, a través de los años…
¡Cómo me gustan los atardeceres en la playa! Hermosa tu descripción.